Jugando en las afueras

Toma coman-ofrecí mostrando al venado muerto- todavía queda mucha sangre y que haremos ahora?-pregunte ya que había comido mucho

-No, no me apetece -dije rechazando la 'oferta' que nos hacía Armus-. En cuanto a qué hacer...no me mires a mí, no tengo ni idea.

Me levanté de la rama y estiré las piernas. Trepé por el árbol hasta lo alto y me senté en la última rama. Desde allí se veía todo el bosque, era muy hermoso...

Al escuchar eso de Selene, de la pista de hielo, puse buena cara viéndola a ella
Tendrás que enseñarme como hacerlo-dije pensando en patinar
Nunca había patinado, solo había visto como lo hacías

Vi como Selene bebía la sangre desde lo alto del árbol. Algo me recorrió la mente.

-Sel, cuando vayas a Egipto, ¿puedo acompañarte? -le pregunté. Quería visitar el país, nunca lo había hecho, y con un poco de suerte ver a la persona que andaba buscando desde hacía tiempo...

Okay-dije sonriendo por victoria que me enseña algo nuevo
Y nunca mas vas a estar sola Selene nos tienen a nosotros-le hice recordar, dándole un abrazo de consuelo y esperado que su poder no me tire lejos

Reí viéndolos a ambos desde el árbol.

De repente el bosque se llenó con una niebla blanquecina. Más tarde comenzaron a caer copos de nieve. Lo estaba haciendo sin pensar, me gustaba la nieve. Me levanté y salté por la rama riendo mientras veía la nieve caer. Pronto todo se volvió un mar blanco.

Si estuviera vivo, odiaría esto de la nieve, pero viendo con estos ojos me encanta, gracias Rinoa-confesé alegremente, ya que es mi segunda vez que veía nevar en mi vida vampirica, a los pocos minutos hice unos pocos pasos en el medio de los árboles donde caían a la tierra y me tire en el montón de hielo que se había formado rompiéndola y mirando para arriba como caían los copos de nieve poco a poco, mis ojos lo podían ver hasta la forma de los copos

-De nada -les dije desde la rama, aunque ni siquiera agaché la cabeza para mirarlos.

Me deshice de mis zapatos de tacón. Los dejé a un lado de la rama y caminé por ella. A pesar de que mis pies estaban a la misma temperatura que la nieve, sentí un leve escalofrío por el cuerpo cuando la rocé. Cerré los ojos y seguí caminando lentamente por la rama con los brazos extendidos como aguantando el equilibrio por si me caía, aunque sabía que era improbable que me cayera (mis reflejos de vampiro podían con eso).
Entonces recordé una canción. Aquella canción que solía cantar el vampiro que me transformó los días de Navidad en aquél bosque cubierto de un manto blanco. Y me recordé a mí misma allí, sentada a su lado, cantando con él.
Luego la imagen de mi mente cambió y me volví a ver a mí misma pero en otro lugar y mucho después de aquello. En los carnavales de Venecia, completamente sola y preguntándome dónde estaría él... Bailando en un castillo muy caro y lleno de gente desconocida. Bailando sin invitación en aquél baile de máscaras. Bailando como una cenicienta sin su príncipe...

Abrí los ojos de golpe. Había dejado de nevar, pero la nieve seguía reposando suavemente en cualquier rincón del bosque: por las ramas de los árboles, en el suelo, en mis cabellos y en los de Armus y Selene...

Volví a calzarme y de un salto bajé hasta el suelo donde estaban mis amigos.

Al ver que Selene se había movido y Rinoa estaba abajo del árbol, me levante y me reí...
mmm guerra-grite y agarre un poco de nieve que NO la apreté para que no se congele y se la tire a Selene, pero por mi apuntería le pegue al árbol adonde ella estaba
Vamos a divertirnos-grite agarrando otro poco de nieve de la misma forma para que no le duela y se lo tire a Rinoa por el codo

-¡¡¡AH!!!

Me agaché para que no me diera. Con zapatos y todo, agarré un poco de nieve y se la tiré a Armus con la esperanza de darle en el brazo con el que tiraba la nieve.

Me escondí detrás del árbol donde estaba apoyada Selene riendo.

al ver que ella me empezaron a tirar agarre dos bolitas de nieve con mis manos y salte un gran salto hacia la rama del árbol donde ella se escondían
Ustedes no se salvan así de fácil- dejando caer despacio las bolas de nieve por sus cabezas, al dejarlas caer salte de nuevo hacia el lugar donde yo estaba y rodé hacia un árbol para cubrirme del futuro ataque

Agarré un montón de nieve del suelo y la convertí en una pelota del tamaño de un balón de baloncesto. Miré a Selene divertida.

-Tú por la derecha y yo por la izquierda -le indiqué.

Salimos de detrás del árbol hacia el lugar donde se escondía Armus, cada una por un lado.

Jajaja se las creyeron-grite de arriba de un árbol, lo que le habían pegado era unas ramas
Lo sentí que iban a ser eso, recuerden tengo poder de sentir la naturaleza-le hice acordar tirándole unas pequeñas bolitas de nieve en la cabeza, y saltando de árbol en árbol

Armus saltaba de árbol en árbol, hasta que llegó en el que yo me había escondido. Le lancé la nieve en toda la cara, dejándolo algo atontado.

-¡Sí! -salté del árbol y le choqué la mano a Selene, victoriosa. Salí corriendo pues sabía que Armus vendría en busca de su pequeña venganza.

Maldita Rinoa- susurre chistosamente-espero que ella se esconda mejor
Levantándome del piso y juntando un poco de nieve o mejor dicho lo poco de nieve que queda, y con mi otra mano la apoye con el piso sintiendo su presencia cerca de Selene
Deberás correr Rinoa-la empecé a amenazar divertidamente saltando de árbol en árbol hasta que vi su cabeza y de unos cuantos metros tira la bola de nieve, pegándole en la cabeza con poca fuerza y me empecé a reír

Me dio de lleno en toda la cabeza, mojándome el pelo. Me tiré al suelo dramáticamente.

-¡Ah, me has matadooo! -dije riendo aunque intentando parecer dolorida-. ¡Seleneee! ¡Venga mi muerteee!

Vi como Selene recogía más nieve para lanzarsela a Armus. Seguí tirada en el suelo viéndolos a ambos.