De regreso y recargado.

Estaba caminando por los pasillos del castillo sin decidirme todavía si irme o no. Aún seguía con el cabello mojado por haber nadado en el lago y la capa comenzaba a mojarse con la remera que llevaba abajo.
Mientras avanzaba pude ver al resto de la guardia Vulturi, y no muy lejos de donde estaba vi al francés que había querido atacar a Lizzy pateando a uno de ellos. Suspiré y seguí caminando, pasé por al lado del guardia que chillaba de dolor pero no me frené a ayudarlo.
-¿No eres demasiado...- me frené un segundo buscando la palabra correcta -independiente para ser guardia Vulturi?- le pregunté al francés mientras caminaba detrás de él.

Le sonreí.
-Nos curamos rápido, ya sabes- le dije. Caminé unos pasos más y me detuve a unos metros de él, sostuve el resto de la ropa con una mano y pasé la otra mano por el cabello mojado.

-¿Para qué lo preguntas?- le pregunté -Sabes que por supuesto la he visto y que no te diré donde está, de todas formas la encontrarás por ti mismo ¿o no?- seguí sin dejar de sonreir.

Manoteé en el aire sin darle importancia a mi propia pregunta.

- Es por decir algo cherè... Es que en este sitio no se tiene nada que hacer, así que me dedicaré a partir traseros Vulturi mientras no haya que hacer... Lo que me recuerda que eso anula el "contrato" con Athenadora...

Me encogí de hombros mirando una vez más mi zapato.

- ¿Por que la insistencia en hacerme preguntas?


Dirigí mi mirada a ella escrutinando cada una de sus facciones.

Le devolví la mirada y me encojí de hombros.
-En este sitio no se tiene nada que hacer, y como pienso irme en paz de aquí eso incluye no partir traseros Vulturis- le dije utilizando sus palabras -Me dedicaré a hablar con franceses que quieren matar a mi "hermana"- agregué y le sonreí de lado.

paseaba por el corredor y escuche a dos personas hablando aunque parecia mas una discusion que una charla, reconoci a lilith que ra la guardia de sulpicia o eso creia yo pero el hombre que estaba con ella me era desconocido

Me reí.
-Tienes razón, disculpa...- hice una pausa -Me temo que aún no sé tu nombre, francés- le dije y avancé unos pasos.
Sentí la prescencia de la otra vampira cerca pero le resté importancia tal y como había hecho él.

Le sonreí.
-Te llamaré cuando quiera matar a alguien Pierre- le respondí.
Caminé un poco más y me frené a su lado.
-Iré a mi habitación a dejar estas cosas, ¿caminas conmigo y seguimos charlando Pierre?- le pregunté y me volteé para seguir con mi camino.

Me frené y lo miré.
-Era como tú...- le dije -No sé que me paso, me acostumbré a esto- dije y extendí un brazo señalando el castillo y las habitaciones.
-Por eso voy a dejarlo de vuelta, necesito sangre otra vez- agregué y esbocé una sonrisa malvada.

Dejé caer la ropa y me acerqué a él enojada. Mi cara quedó a solo unos centímetros de la suya.
-¿Y qué sabes tú?- le dije entre dientes -Sé bien cómo eres porque yo fui así. Sólo buscaba sangre, creía que era mejor que todos, superior a todos, que la forma en la que veía la vida era la correcta. Sólo eso, diversión, sangre y sexo. ¿Crees que no sé cómo ves tú la vida?- seguí diciéndole sin apartarme de él y mirándolo fijamente.

Ahora entendía porque a Lizzy le irritaba tanto aquel francés.
-Repito ¿y tú qué sabes?- le pregunté mientras caminaba detrás de él. Pasé al lado de la ropa pero decidí dejarla allí, sin darle importancia.
-Ya que tanto hablas de tu visión del mundo, enséñamela entonces- le desafié parándome delante de él y cortándole el paso.

No le di importancia y seguí caminando a su lado.
-No lo sabes, no me conoces, no sabés porque motivo me he unido a los Vulturis ni cual es el motivo por el que me iré ahora. No sabes como soy y no sabes si aguantaré o no- le dije sonriendo. -Sólo hablas y hablas de tu forma de vida superior a la de los demás, pero no quieres enseñármela, creo que sólo eres un fanfarrón- agregué sin dejar de caminar a su lado.

Me encojí de hombros en el borde de la puerta.
-Creí que eras alguien interesante aquí, alguien independiente e inteligente con el cual podría hablar y matar, veo que tu papel de mejor asesino es sólo una máscara quizás- dije y le sonreí.

Lo ví salir de allí pero decidí que ya no lo seguiría más. Vi como el guardia se echaba a un lado al verlo pasar.
-Francés- lo llamé y esperé a que se volteara cuando lo hizo le sonreí.
-Debo decir que me atrae tu forma de vida y, aunque esto sólo aumentará tu ego, admiro tu forma de ser. Espero que un día pueda volver a tener una charla tan interesante como la de esta vez- le dije y caminé hacia donde estaba él. Recojí la ropa en el camino y pasé por su lado. Me frené y lo miré.
-Eres demasiado independiente, sabés hacerte temer, me gusta eso- murmuré en su oído y me aleje para seguir caminando.

Hice una leve reverencia cuando iba saliendo de la mansión.

- Gracias cherè..., sé que la vida que llevo es la mejor que cualquiera en este estúpido castillo podría tener. Quizás, si un día te loberas de las ataduras de tu jaula, podrías ser una aprendiz digna, pero mientras permanezcas como un espíritu esclavo, no hay nada que pueda hacer por tí.

Sonreí de forma demencial mientras me relamía los labios.

- Piensalo...

Salí del castillo mezclandome entre los árboles y saliendo de la mansión de un sólo salto.

Sonreí para mi misma cuando lo vi lléndose.
-Mírame francés, es lo que estoy haciendo, liberándome de este infierno- dije sabiendo que me escucharía. Comencé a caminar y miré al guardia herido, le dediqué una sonrisa y seguí con mi camino directo a mi habitación. Llegué y metí todas las cosas en mi valija. Salí de allí sin mirarla dos veces, no tenía ganas de recordar aquel lugar.
Salí de vuelta a los pasillos con mi valija y comencé a caminar decidida sintiendo como los guardias se fijaban en mi. Podía oír sus pensamientos, sus dudas, sus prejuicios pero ya no me importaba. Tenía una sonrisa malévola en el rostro y sabía que me acompañaría por mucho tiempo más. Volvería a ser como antes.
Me interné en el bosque y desaparecí allí.