¿Qué clase de pueblo es este? [Vladimir]

por **Christine Le'Pais** Miér Nov 21, 2012 10:10 pm

Después de mi encuentro con aquella vampiresa en el acuario de Seattle, permanecí un día dando vueltas por aquella ciudad y decidí largarme. Sin embargo, debía admitir que me encontraba encantada con el clima, con poder caminar por las calles entre los humanos y que estos fueran tan estúpidos de no darse cuenta el peligro que tenían cerca. Por esto mismo es que continué recorriendo las ciudades y los pueblos de alrededor, pasando uno o dos días en cada uno, hasta que finalmente lo recorría todo y decidía que era demasiado aburrido.

Pasé por Port Angeles, me alimenté en las afueras, y finalmente llegó a mi el aroma de otro de mi raza. Pero no era el aroma de solo uno, era el aroma de dos o tres, o quizás más. Comencé a seguir el rastro y podía distinguir como habían aromas que delataban que ese vampiro había pasado ese mismo día por ahí, pero también otros que delataban que hacía un par de días habían pasado por el lugar. Esto era extraño, era como estar parada en una ruta para vampiros. Sin dudarlo ni un segundo, seguí el rastro corriendo lo más rápido que podía, y finalmente llegué a un pueblo donde el olor a vampiro apestaba por todas partes. ¿Qué era esto? ¿Un pueblo solamente para vampiros o qué?

Seguí el rastro más fresco que podía sentir, pero esta vez lo hice escondiéndome entre los árboles al costado de una carretera. Aparentemente, por las pocas casas del lugar y el único camino, me encontraba en las afueras. Continué entre los árboles sigilosamente, saltando de uno a otro con rapidez, y adentrándome cada vez más y más hacia el lado del pueblo. Finalmente escuché sus pasos a lo lejos, caminando a velocidad humana al parecer, y su olor me llegó más fuerte y de lleno. Me acerqué más y más, hasta tenerlo a unos pasos de mi, pero intentando que no me escuchara.

-¿Para qué caminar cuando prácticamente puede volar?- grité desde mi rama, y salté hasta caer en frente de aquel vampiro, cortándole el paso. Me encontraba tan cerca que solo había un centímetro de distancia entre su nariz, y la mía. Le dediqué una de mis más pícaras y divertidas sonrisas.

-¿Podría un amable caballero como usted dar indicaciones a esta dama e informarle el nombre de este inusual pueblo?- añadí sin quitar la sonrisa de mi rostro, y luego solté una pequeña y delicada risa melodiosa.

por **Vladimir Rumanov** Jue Nov 22, 2012 9:14 pm

Por fin ya nos encontrábamos instalados en una especie de fortaleza escondida en el corazón del bosque donde ningún humano se atrevería a buscar, pasamos más tiempo de lo necesario en construirla pero al menos valió la pena tanto esfuerzo de los miembros de nuestro clan.

Decidí pasear un rato por el bosque a solas para pensar en lo que le depararía el futuro a nuestro prospero clan sin que nadie me fastidiara, incluso hasta Steffan me fastidiaba en ciertos momentos y necesitaba estar a solas de ves en cuando, salí de la nueva fortaleza que teníamos a toda velocidad sin rumbo alguno y cuando por fin me encontraba lo suficientemente lejos mire a mi alrededor tratando de divisar si alguno de mis molestos guardaespaldas me abia seguido, luego de un rato de observación suspire y comencé a caminar a paso humano admirando el grandioso paisaje que me rodeaba.

Estuve caminando de la misma manera por unos minutos cuando de repente un olor desconocido perturbo mis pensamientos, pensé en girar pero decidí continuar con mi camino siguiéndole el juego a mi acechador desconocido, de repente de lo mas alto de unos árboles escucho un grito de una mujer que daba a entender que no necesitaba estar saltando de árbol en árbol para seguirme si prácticamente podía volar, sonreí un poco burlón ante esas palabras cuando de repente ella cae justo a 1 centímetro de mi.

No pude evitar sorprenderme un poco, no por que me hubiese asustado si no por que en realidad me estaba gustando ese jueguito de la espía curiosa, le mire mientras le sonreía burlonamente y mencione en un tono apenas audible para los humanos pero lo suficientemente fuerte para nuestra especie - aw!!, que mal, me estaba divirtiendo, por fin decidiste dar la cara - continúe sonriendo de una forma divertida mientras ella me preguntaba por el nombre de este pequeño pueblo, luego de unos segundos de ella haber terminado de hablar me dispuse a responder - nos encontramos en el pequeño y algo extraño Forks - le sonreí y continúe - y se puede saber que hace una bella dama caminando por el bosque tan solita?- continúe sonriendo de forma burlona mientras esperaba su respuesta y daba otro paso atrás para poderle admirar completamente.

por **Christine Le'Pais** Lun Nov 26, 2012 1:41 am

Su primer respuesta me dejó bien en claro que ya había notado mi presencia antes de que decidiera hablar. Lo cual, si me lo ponía a pensar mejor, era obvio. Idiota yo, me había preocupado tanto por no hacer ruido, que me había olvidado que si yo podía sentir su aroma, él seguro podía sentir el mío con la misma intensidad o incluso más, considerando que llevaba la misma ropa de la última semana, manchada en ciertos lugares por la sangre de mis varias víctimas.

Rodeé los ojos al escuchar el nombre del pueblo ¿Forks? ¿En serio? Era el nombre perfecto para la clase de pueblos que ocultan un secreto o alguna leyenda. Y aparentemente los vampiros que decidían asentarse en la zona eran lo suficientemente estúpidos como para escoger un pueblo con un nombre así. Obviamente lo elegían por la libertad que su clima nublado nos daba para andar durante el día, pero había que admitir que el nombre no ayudaba.

Estaba a punto de responderle cuando vi que retrocedía un paso y fijé mi mirada en él. Ante una mejor vista de su aspecto retrocedí instantáneamente.

-¿Qué...- comencé a decir y enmudecí. Su piel era tan extraña, no era perfecta como la del resto de los vampiros, parecía... vieja. Por extraño que sonara, parecía como si aquel vampiro hubiese envejecido realmente -¿Qué carajo le pasó a tu piel?- exclamé sorprendida.

Quería acercarme y sentir la textura de su piel, mi curiosidad quería saber más sobre su extraño aspecto, pero algo en mi cuerpo me impedía acercarme. Estaba segura que era mi instinto de supervivencia, para mi mente eso que tenía adelante había dejado de ser el vampiro común y corriente que yo conocía, y ahora pasaba a formar parte de una especie de amenaza desconocida.

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