Habitacion de Aro Vulturi.

Desde el final del pasillo hasta mis aposentos estaba inhalando, y a la vez disfrutando, el dulce efluvio de Sulpicia, mi qerida Sulpicia... Caminaba lentamente, no tenía prisa, sabia qe estaba en mis aposentos, esperandome.
Me pare frente a la puerta, seguro de qe ella me habria oido desde hacia un buen rato. Abri la puerta y la encontre alli, sentada en la cama, mas preciosa qe nunca. Me acerqe con pasos lentos pero decididos con una sonrisa de felicidad dibujada en mi cara.

- Mi qerida Sulpicia... - susurré dulcemente.

Me sente a su lado y la estreché suavemente entre mis brazos, viendo cada pensamiento qe habia tenido durante mi larga y desafortunada ausencia.

Aproveche el abrazo para oler su pelo, su calido y siempre brillante pelo.

- Qe tal has estado en mi ausencia? - dije, aunqe fuese ironico pues ya habia podido verlo todo - Lo siento... sabes qe no me gusta ausentarme, pero es mi deber, cielo - me excusé.

Volvi a sonreir, acercandola hacia mi y rozando suavemente sus labios en un delicado beso.
- Qe tal se han portado en mi ausencia? - pregunte sin alejarme de ella.

No me movi de su lado, ni siqiera cambie de gesto.

- Lo se, lo vi en tus pensamientos... - dije con tranqilidad.

Puse mi mano en su hombro para tranqilizarla.

- Ya hablare con ellas, no te preocupes...

Negué con la cabeza, acariciando su pomulo con el dedo pulgar.

- Como me voy a cansar del amor de mi vida? de la vampiresa más hermosa qe jamas podra existir? - dije con una media sonrisa - da igual lo qe te hayan dicho, sabes que eso nunca ocurrira...

- Lo se, qerida, lo se...

Deje qe se recostase sobre mi, por lo qe pase mis brazos alrededor de su cuerpo, sintiendo cada pensamiento y disfrutando de su dulce efluvio.

Entre a la habitación de Aro y lo quedé viendo fijamente Aro, necesitamos hablar, habrá guerra...

Me levante, apartando suavemente a Sulpicia.

- Explicate, Caius - exigi.

He de admitirte que el asunto es personal, mi venganza personal, Elizabeth McBeth... sin embargo... me he enterado que ha ocurrido algo con los Cullen y estoy seguro que te encantará la noticia... Solo tenia una idea en mente destruir a Margaret a cualquier costo y ella cometio el peor error de su vida... involucrarse con los Cullen, ahora estaba seguro que tanto Aro como Marcus entrarian a la pelea.

- Los Cullen? - pregunté divertido, recordando la humillación a la que habíamos sido sometidos la última vez que los vi, gracias a aquella estúpida Denali.
- Cuándo y dónde, mi querido Caius?

Partiré lo antes pocible hacia Forks... confirmaré el hecho de la trasformación del chico Cullen y tomaré cartas en el asunto, aparte está el asunto del estupido vampiro que le transformó Elizabeth McBeth, debemos matarla lo antes posible si no queremos que siga con los asesinatos... si quieres puedes venir conmigo, buscaremos a Carlisle Cullen y veremos cual es su reacción... Hablé tranquilamente, estaba conciente de todo lo que había pasado, el chico Cullen ya no era un vampiro normal, era como un neofito sediento de sangre de otros vampiros y Margaret era la responsable, durante años la había perseguido y este habia sido su peor error. No podemos permitir que dos criaturas como esas sigan vivas...

entre a mi habitacion a descanzar un poco de todo lo que habia pasado, me habia ausentado un tiempo del castillo, habia tenido que ir a solucionar varios problemas

senti el olor de aro y corri a su encuentro -aro amor mio-le abraze fuertemente

la abraze y la acerque mas a mi -nunca mas te volvere a dejar, no estas sola, si estas conmigo nada te pasara, no tuve vida lejos de ti-acarice su rostro, su fino y hermoso rostro

levante mi mirada hacia el, me reconfortaba su presencia, me sentia muy feliz y muy segura a su lado -no lo tienes que decir amor mio, yo se que contigo estoy segura- levante mi rostro buscando sus labios