Cazando pumas (Libre)

Iba saltando de árbol en árbol como cada día. Amaba Forks pero no estaba acostumbrada a estar tanto tiempo cerca de la civilización, necesitaba sentirme cerca de la naturaleza.
De repente olfateé el aroma de un vampiro. Después, la olor de sangre de animal invadió mi cuerpo. Se estaba alimentando y, aunque no tenía sed porque había cazado la noche pasada, mi cuerpo deseó con rabia beber de aquella sangre. Me sujeté a una rama un momento para tranquilizarme. Cuando conseguí relajarme, seguí el olor del vampiro. Quería saber quien era pues me era desconocido aquél aroma.
Llegué cerca de donde estaba. Era una chica realmente hermosa, nunca la había visto por Forks. Salté del árbol hasta el suelo, cerca de ella.

-Hola, ¿cazando? -dije cordialmente-. Soy Rinoa Wells.

-Un placer -le dije a la chica-. No quería molestar tu caza, solo que soy muy curiosa en cuanto olfateo un nuevo aroma de vampiro -le confesé algo avergonzada.

Me aparté un poco del puma, tirado en el suelo medio muerto.

-En realidad no, pero vivo aquí desde hace un tiempo -dije señalando con la cabeza hacia donde supuse que se situaba aproximadamente Forks-. Nunca te había visto por aquí, o sí y soy una despistada -le dije sonriendo.

-Eso lo explica todo. Bueno pues, aunque ya llevas un tiempo, ¡bienvenida a Forks! -dije riendo mientras extendía mi mano para estrechar la suya-. ¿Has venido sola o acompañada?

-No quiero parecer entrometida pero, ¿has venido para algo en especial a Forks? Muchos vampiros vienen a ver a otros, aunque otros sencillamente vienen a conocer el lugar... Se está volviendo bastante famoso el pueblo por su gran número de vampiros -dije riendo.

-Te comprendo totalmente en cuanto a lo de no matar humanos. A mí me sería imposible, la verdad. Pero nunca maté a ninguno, ni siquiera en mi etapa como neófita. El mismo vampiro que me transformó también me cuidó durante mis primeros años de mi nueva vida, enseñándome todo sobre esta forma de vida, como lo llaman, "vegetariana" -dije sonriendo a Amy, me parecía una chica agradable-. Aunque eso no quita que me lleve bien con otros vampiros que matan humanos.

-Entiendo...pues Forks es el lugar ideal para conocer vampiros vegetarianos, somos muchos y cada vez más los que optamos por una dieta sin perjudicar a los humanos -dije pensando en todos los que yo conocía y que aún me quedaban por conocer que vivían en el pueblo.

-¿Una niña híbrida? -pregunté con curiosidad. Recordé a Nicole, que era la unica híbrida que había visto en Forks, aunque en realidad la había visto en el bosque. Me pregunté si sería la misma que había conocido Amy.

-Mmm...es una especie rara, desde luego, pero a la vez muy tierna. A veces me encantaría poder ser uno, y no alimentarme solamente de sangre...¿no crees? -le dije sonriendo.

Alcé la vista hacia el cielo. Nubes y más nubes, como siempre. Disimuladamente con la mano removí el cielo y un par de rayos de sol se filtraron por las hojas de los árboles, dándonos en la cara y haciéndonos brillar. Parecíamos diamantes. Disminuí la fuerza de los rayos, lo suficiente para que hiciera buen tiempo.

-¿Quieres dar un paseo por aquí? -le dije a Amy, señalando todo el bosque.

Caminamos unos momentos en silencio, disfrutando del ambiente que la naturaleza nos brindaba.

-Amy, cuéntame sobre ti... -le pedí con curiosidad, quería saber más cosas acerca de ella.

-No quiero parecer entrometida ni nada de eso, solo es curiosidad. Te invito a que me preguntes algo si te interesa. Me gusta conocer el pasado de la gente que me rodea, no sé si me entiendes... -le expliqué, Había vampiros que no querían hablar de su vida pasada. Esperé que Amy no le molestara-. ¿Dónde vivías antes de ser vampiro?