Al borde de la muerte

Llevaron a aquel nombre a una sala. Donde no me dejaron entrar.
Como buena "amiga" me quedé esperando con aquel chico que seguía callado.
No sabía el nombre ni de el, ni del paciente. Pero cuando llegamos al hospital la gente lo reconocia y lo llamaban por "Charlie", supuse que yo tambien debía hacerlo.
- ¿Crees que se pondrá mejor? - dije mirando a aquel chico. - Por cierto.. ¿Cual es tu nombre? - sonreí

Escuché gritos en la sala. Demasiados ruidos, aunque probablemente mi compañero que seguía callado no los escuchaba.
Me paré rapidamente de mi asiento, dejandolo solo unos momentos.
- No tardo - le dije.
Seguí corriendo hasta que llegué a la sala donde estaba mi paciente Charlie. Creo que me había encariñiado con el, no sé porque. Siempre me compadezco por las personas grandes.
Me quedé en la puerta de la sala, mirando por una pequeña ventana.

- Demetria - dije sonriendo.
- Bien Nick, me alegra de que hayas vuelto a la tierra - dije sonriendo. - Creo que Charlie esta en problemas, iré a verlo de nuevo ¿Vienes? Y me cuentas cosas sobre tu vida - reí - Claro que si quieres.

- Creo que tu tampoco debes ir solo - dije riendo. - Te escucho, cuentame de tu vida - sonreí mientras mirabamos por la ventana de la sala donde Charlie estaba internado.

- Que interesante, Italia debe ser muy bonito - dije sonriendo y recordando a la familia Vulturi, con la que nunca en mi existencia quisiera cruzarme. - Pues.. vivo sola por problemas familiares, voy al instituto de Forks aunque casi siempre me fugo de el - dije riendo. - Espero verte allí, quizas algunas clases nos toquen juntos - sonreí.

Se había sonrojado. Recuerdo cuando yo podía hacerlo, desearía haberlo podido hacer en ese momento.
- Claro, cuando quieras estas invitado a romper las reglas - sonreí. Su pregunta me incomodo demasiado, no me gustaba contar cuantos años tengo en realidad. Es que perdí la cuenta. - 15 - dije felizmente. - ¿Acaso soy mas chica que tu? - reí.
Noté que en la sala el ambiente estaba tenso.
- ¿Qué pasó? - dije preocupada. No sé que me pasaba pero no quería que Charlie muriera.

- Mira.. el señorito es mas grande - dije riendo. - Creo que habría que avisarle a la familia de Charlie acerca de su estado, ¿Sabes si tiene esposa, hijas o algo? - dije sonriendo mientras lo miraba a los ojos.

- ¿Rara? - pregunté un poco confundida. Ahora que recuerdo había historias que contaban que la hija del jefe policia era un vampiro, incluido en la familia Cullen. Pero no podía ser verdad, su padre tendría que saberlo. - Expresate muchachito - dije riendo.

- Oh, pobre hombre - dije mientras miraba por la pequeña ventana.
- Y tu ¿Qué hacías paseando por el bosque? - pregunté curiosamente. Su aroma estaba matandome, era demasiado delicioso pero debía controlarme.

- No, no creo eso - dije riendo - Mas bien creo que .. tienes un espíritu de un niño pequeño - dije sonriendo - Es agradable conocer gente como tu. - Noté que miraba a Charlie un poco preocupado. Toqué su hombro y le sonreí - Imagino lo que estas pensando.. creo que Charlie debe estar acostumbrado a estar solo. No pasará nada, sé que se recuperará - dije mientras lo miraba.

La enfermera salió de la sala y nos dejo entrar. Vimos a Charlie, estaba muy mal.
- Charlie ¿Puedes escucharme? - pregunté

(como te voy a escuchar si estoy a un paso de la muerte...XDDD)

Me dolia todo el cuerpo y en mi mente estaba
como en un tunel negro en el que caminaba,
al fondo habia una luz

( y como podemos seguirtela entonceees? xDD)