Mansion Cullen [Rosalie Hale]

Emmett se recostó en su cama, tratando de pensar en algo para matar el tiempo hasta que Rosalie volviera. No le gustaba estar separado de ella, al menos no por tanto tiempo. Extrañaba el olor de su cabello, sus besos fogosos, aquellos ojos imposiblemente hermosos y las cosas que le decia al oído cuando estaban solos... O en frente de todos, realmente no importaba.

había salido a comprar unas cosas en Portland, el cielo estaba completamente nublado y no era un problema para mi salir. Me había tomado casi toda la tarde en esto y solo pensaba en poder regresar para estar con mi oso. Aparqué el auto en el estacionamiento y entré a la casa con miles de bolsas de compras en las manos, sin percatarme si había alguien y saludar simplemente caminé a mi habitación para dejar las cosas, así sería más facil ir a buscar a Emmett. Al entrar a la habitación no pude evitar sonreír, mi amado oso estaba acostado en la cama, dejé las bolsas y fui a su lado, acostándome y besándole suavemente los labios - Hola amor - le dije suavemente mientras veía a mi adorado Emmett.

Una sonrisa asomó a sus labios cuando oyó el coche de Rosalie en la distancia y se ensancho mas cuando la vio entrar a su cuarto, tan radiante como siempre. Devolvió el beso con cariño, apartando unos mechones de cabello que habian caído sobre su rostro de porcelana y le sonrió. Bienvenida, Rose.

Él era la única persona con la cual yo me comportaba diferente, más cariñosa y dulce, los demás no tenían por qué ver esa faceta en mí, acaricié su mejilla suavemente mientras miraba ese rostro lleno de travesura que él tenía. - siento mucho la demora, ¿me extrañaste? - dije con una sonrisa mientra seguía mirando a mi amado.

Dejo escapar una suave risa y acarició su rostro delicadamente "Siempre lo hago" sonrió, depositando un beso en sus labios "Conseguiste algo lindo?"

Como amaba la risa de ese hombre, una sonrisa se escapó de mis labios al escucharlo y respondí su beso gustosa - Cosas muy lindas - le dije con picardía y le guiñé un ojo.

Rodeó su cintura, atrayendola mas cerca, y sonrió. "No quieres mostrarme?"

me apegué más a él mientras lo miraba con una sonrisa maliciosa en mi rostro - ¿acaso quieres una pasarela aquí? - dije divertida mientras besaba sus labios.

Sonrió ladino y enarco sus cejas sugestivamente, animándola a hacerlo. "Ya sabes que me encantan, en especial cuando te pones mi lenceria preferida. Susurro, su vos levemente cargada de lujuria, al igual que sus orbes dorados.

río cuando me dice lo de la lencería y beso sus labios, eramos tan diferentes y a la vez tan similares - veamos si la que compré te gusta - digo y me levanto de la cama, camino mientras me deshago de la blusa y tomo una de las bolsas revisando mis compras, me giro hacia él - no mires hasta que te diga - le digo y le guiño un ojo, comienzo a desvestirme rápidamente para luego ponerme una lencería roja - ya puedes mirar

Sonriendo de lado, Emmett enlazó sus brazos debajo de su cabeza como almohada y cerró sus ojos obedientemente, aquella sonrisa malisiosa nunca abandonando sus labios. Cuando terminó de vestirse, abrió los ojos y la recorrió con la mirada, admirando su hermoso y sensual cuerpo. "No importa lo que te pongas, siempre te ves tan jodidamente sexy"

sonreí por su comentario y comencé a modelarle el conjunto, supongo que nunca iba a dormir por completo esa parte egocéntrica que tenía en mi, además me encantaba hacerle desfiles privados a Emmett, me acerqué a la cama y le di un beso corto - soy jodidamente sexy, pero solo tu eres quien puede dar fe de ello - dije guiñándole un ojo y volví a caminar de regreso a mis compras

Por mas vampiro que fuera, era dificil contener sus impulsos, mas aún cuando estaban surcados por el hambre como en aquel preciso momento, pero haciendo su mejor esfuerzo se contuvo y solo le devolvió el beso, guiñandole un ojo mientras se alejaba. En verdad amaba a Rosalie. Nunca había conocido a alguien como ella antes y el solo pensar que tenían una enternidad juntos le hacia estremecerse, aun luego de tantos años. "Ya vas a vestirte de nuevo? preguntó seductivamente, enseñando sus blancos y perfectamente alineados dientes.

Tomé las bolsas en busca de otro conjunto para mostrarle a mi oso, lo miré con una sonrisa seductora cuando me preguntó que si eso era todo - Si tu quieres que sea todo.. entonces así será - le dije encogiéndome de hombros, sabía que eso lo iba a poner como loco. Dejé las bolsas y tomé mi ropa para empezarme a vestir esperando alguna reacción por su parte

Emmett rapidamente se sento derecho en la cama, alterado. "Hey! No, no! Eso no es a lo que me referia! Se quejó, haciendo un tierno puchero.