primer reconocimiente, sorpresas inesperadas (Leean)

Por fin era hora de la gran bat]alla que tanto habíamos esperado Steffan y yo, el momento de destruir a los Vulturis ya había llegado y por obvias razones teníamos una gran ventaja, pero como toda gran batalla siempre habría perdidas lamentables lo que para mi era algo inconcebible.

Ya nos preparábamos para la lucha cuando de repente la intervención de una de lo miembros del clan Cullen interfiere y se acerca a aro para mostrarlo que se seria de su futuro si esta batalla ocurría, luego de unos instantes Aro mira al resto de los presente con gran temor en su mirada y da fin a esta innecesaria perdida de seres queridos.

Ya a pasado un tiempo desde que aquella gran batalla no paso a ser solo un desfile de gruñidos ensordecedores e insultos provocadores, los Vulturis avían aceptado la derrota pero aun así no se rendirían, claro que esta ves serian mucho mas cuidadosos y atentos que de costumbre, la mayoría de los clanes que apoyábamos al clan Cullen decidió quedarse en el pueblo de Forks, entre ellos el clan rumano los cuales nunca dejan de entrenar formar lo que seria de su nuevo hogar.

como éramos nuevos en este pequeño pueblo todos nos manteníamos ocupados con labores que para un pronto futuro nos permitiría tener un hogar acogedor donde poder pasar una estancia agradable, incluso Steffan y Vladimir se mantenían ocupados ayudando en lo mas posible en la construcción y seguridad de su aquelarre.

Era la primera ves desde hacía ya mucho tiempo que Vlad hacia un reconocimiento por los alrededores para mantener a ralla a los otros clanes y asegurarse de que ningún Vulturi estuviese por hay husmeando en donde no debe.
Tomo un mapa y trazo lo que seria su prime recorrido del dia, al terminar el trazado de la ruta que tomaría solo recorrería unos 100 Kms para acostumbrarse al bosque y su nuevo territorio.

Tomo el mapa y una brújula por si las dudas, algo que en realidad detestaba era lo súper preocupado que era por los detalles, creía que era un esfuerzo innecesario el preocuparse tanto por unos simples detallitos pero aun con lo que odiaba todo eso no podía evitar tomar esas pequeñas estupideces.

Luego de despedirse de Steffan y de negar la ayuda de algunos miembros de su clan partió a toda prisa rumbo al norte donde acababan los límites de su área para disponerse a explorar los alrededores.

- bien al fin e llegado a los limite, ahora a comenzar a explorar - saco su mapa y la brújula para ver desde donde empezaría y luego de unos instantes los guardo y salio a toda prisa observando cada detalle y capturando cada aroma que le rodeaba.... luego de unos kilómetros recorridos no pudo evitar notar una sensación embriagantemente seductora, obviamente se trataba de otro vampiro pero no podría describir quien era por la distancia y por que ese extraño aroma jamás lo había sentido en su vida, rápidamente se desvío de su camino para seguir ese olor tan curioso.

luego de un rato de incesante persecución por fin pude dar con el origen de ese aroma tan exquisito o al menos eso creía ya que ese olor se encontraba por todos lados, me concentre en todos mis sentidos para saber exactamente donde se encontraba lo que Expedia ese olor hasta que luego de un minuto aproximadamente di con el. Me acerque y vi una silueta cerca de un riachuelo que se encontraba cerca de nuestra posición.

me acerque poco a poco con paso firme y descuidado para que esa persona que se encontraba allí notara su presencia, luego de caminar unos metros por fin puede ver claramente quien era esa persona que me desconcertaba tanto, era una hermosa mujer de cabello oscuro con una mecha blanca, de tez pálida y ojos rojos penetrantes.

Me acerque a esa chica y le salude con una sonrisa landina pero sin bajar la guardia, después de todo podría ser Vulturi - Hola? - sonreí nuevamente y espere su reacción

El dulce elixir de la vida recorría toda mi boca, pasando por mi garganta y aliviando el tremendo ardor que tenía desde hace días, un hilo muy fino se escapaba de la comisura de mis labios, aunque rápidamente lo limpie con mi lengua. Observe de soslayo el cuerpo que descansaba inerte sobre un delicado y viejo sillón de forro aterciopelado azul marino, mis rodillas estaban sobre el suelo con todo mi cuerpo agazapado ante aquél pobre muchacho Que desperdicio mis manos despeinaron un poco su cabello mientras decía aquellas palabras al aire, mi boca se curvo en una sonrisa de lado y bese suavemente sus labios fríos y sin vida.

Me levante en menos de una milésima y al siguiente segundo ya había salido de la choza. Eche una última mirada por la pequeña ventana da la puerta. Llevaba varios días viajando, salí de Japón con los ojos más rojos que había visto, opte por irme por el océano, por lo tanto viaje alrededor de dos días sin poder probar gota de sangre, cuando por fin toque tierra, mis ojos eran de un tinto muy profundo, casi llegando a negro y tal vez para los humanos pasaría desapercibido. Tuve que viajar otro día corriendo por los espesos bosques de América, hasta que llegue a un pequeño pueblo de California, donde un chico muy amable gusto de mí, aprovechando mi sed lo lleve a un hotel, poniendo de excusa que ahí me hospedaba, sin embargo mi sed era mucha, no podía saciarla con tan solo una víctima, la garganta me ardía, me desgarraba por dentro. Al otro día en la televisión, periódicos y radio salió la noticia de 10 víctimas se encuentran sin vida en el pent house de un famoso hotel, los ilusos seguían buscando al asesino. Para cuando el FBI llegara al lugar de los hechos yo ya me encontraría bastante lejos de allí.

Mis ojos volvían a ser rojos, ese hermoso tinto espeso que me caracterizaba. Por ahora recorrería las grandes ciudades de América, no con el fin de matar, solo de conocer y claro comprar, aunque no venía mal uno que otro aperitivo.

Así fueron mis días siguientes, Nevada, Arizona, Colorado, Nuevo México, Kansas, Misuri, Arkansas, Misisipi, Alabama, Tennessee, Georgia, Florida, Virginia, Pensilvania, New york, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Dakota, Montana, Oregón y Seattle. No menos de 5 víctimas por distrito, vaya que estaba haciendo escándalo en esta parte del mundo, me era muy divertido ver como buscaban a un asesino que nunca alcanzarían y que sus pequeñas mentes nunca imaginarían.

Pare en Seattle, pues me percate de un fuerte olor, uno muy asqueroso y otro muy conocido…vampiros. Ahora entendía por qué no me encontré con el aroma de algún nómada americano, parecía que aquí era la cuna de los vampiros…vaya que ironía, pase por Transilvania.
Mi viaje aquí fue lento, recorrí los alrededores con cautela pues ese olor raro y asqueroso que no me era familiar no me daba mucha confianza. Preferí no cazar por estas tierras y me detuve en un riachuelo que encontré a las afueras de Seattle. Me senté sobre una roca a simplemente admirar el agua que corría sin rumbo, sin embargo muy ordenadamente.

Un ruido me saco de mis pensamientos, al principio solo pensé que era algún animal que rondaba por ahí pero el aire me pego en la cara y un efluvio familiar entro por mi nariz Hola dije al mismo tiempo que aquél dichoso hablaba, me gire y camine hacia él. Lo vi de arriba abajo, como todo vampiro era muy atractivo, cabello blanco, justo como mi mechón, sonreí ante ese detalle, ladee la cabeza observando sus diminutas pestañas, que al igual que cabello eran blancas. Sus ojos tenían un raro aspecto, eran rojos..sin embargo tenía una capa muy delgada justo enfrente, que los hacía lucir borrosos, ya los había visto antes, en algún lugar, es como si tuvieran muchos años, demasiado…como los Vulturi, claro! Caius tenía ese aspecto de ser joven pero muy anciano, mis cabeza se ladeaba de un lado a otro mientras lo observaba, por fin me puse quieta y lo mire directamente Solo dos aquelarres de vampiros han tenido la suficiente edad para aparentar vejez aun siendo jóvenes físicamente era obvio que no era uno de los tres Vulturi, eso solo me dejaba con una opción más, los Rumanov.

Vladimir, sonreí con ligereza, como lo pensaba era un Rumanov. Hasta ellos se dignaron a venir al pequeño pueblo junto con todos estos vampiros que inundaban de olores a kilómetros Pues dime tú que hace una vejestorio vagando por el bosque solo, sin su fiel hermano ni guardia alguno, con tantos vampiros rondando las cercanías? por que puedo olerlos a kilómetros!...que hacen tantos reunidos? Tus amigos los dictadores Vulturi y sus brujas rojas también viajan hasta la gran fiesta vampirica? pregunte con cinismo y un toque de curiosidad, por que a decir verdad si quería enterarme de la fiesta a la que no fui invitada.

Por cierto, mi nombre es Leean Sliver... tome mi vestido y me incline en una muy falsa reverencia, luego le sonreí de lado hipocritamente y me cruce de brazos esperando que me contestara o de menos me invitara al festín.