Coming back for more [Jane]

No tenía nada que hacer en Volterra, las calles estaban vacías, de vampiros, claro, y en el castillo todo era paz y tranquilidad. Mi mente simplemente no podría soportar esto, no podía creer que nada interesante estuviera pasando. Tenía que hacer algo y pronto; buscar problemas en Forks. Y me encontraba en el bosque cuando la persona que más odiaba se presentó. –No tengo que darle explicaciones a nadie.- Dije recostándome contra un árbol y sonriendo de lado, esto sería muy interesante.

No pude evitar mirarla con odio, no porque sus palabras fueran insultantes, no, nada que viniera de Isabella Cullen podría insultarme más que su sola existencia, sino que en verdad la odiaba mucho, era la primer y única persona inmune a mi poderoso don y eso era inaudito. –Solo doy respuestas inteligentes a personas que tienen la capacidad de asimilarlas y ciertamente no eres una de ellas.- Dije sin quitar la sonrisa de mi rostro, esa sonrisa cínica que tanto me caracterizaba. -¿Motivo? ¿No puedo solo venir a saludar a mis apreciados amigos vegetarianos?- Dije con desagrado la última palabra.

Me mordí el labio inferior, impotente, y me recordé a mi misma de respirar. No porque en verdad lo necesitara pero incluso siendo humana parecía que concentrar la atención en algo tan simple como respirar podía servir como forma de relajación. Aunque probablemente fuera sólo psicológico. Sin embargo para el momento sirvió a la perfección ya que, de ningún modo, iba a rebajarme a responderle de la misma forma, después de todo pobre Jane, y es que sí sentía algo de pena, había quedado atrapada en esa rebeldía adolescente.
-Oh, no podría asimilar tus respuestas pero soy de tus apreciados amigos vegetarianos.- Intenté no sonar irónica, en verdad lo intenté. -Bien, Jane, al menos podrías haber dado algo de tiempo a que Alice te viera venir y te preparáramos un lugar para tí.- Arrugué los labios, esperando que sonara convencida pero fue más fuerte que yo, no podía no ser honesta. -Ya, vamos. ¿Qué quieres? ¿No te resignas a ver que no hay nada anormal por lo que puedas declararnos la guerra?-

Bueno, y si ella estaba tratando de ocultar lo mucho que le molestaban mis comentarios o mi presencia no lo estaba haciendo para nada bien, pero no la culpaba, nadie era capaz de soportarme por mucho tiempo, ni siquiera mi querido hermano Alec. Me alejé del árbol y comencé a caminar cerca de ella, rodeándola sin rodearla y sin quitar mis ojos de ella, por más tranquila que pareciera ella me veía como una amenaza, no me atacaba primero porque eso causaría una guerra, pero ganas no le faltaban, seguramente. –Es que soy una persona muy altruista, no elijo a mis amigos solo por sus capacidades mentales…- Dije con ironía. –Oh, imagínate que justamente estaba experimentando una forma de que Alice no me viera venir, ya sabes cómo me gustan las sorpresas…Y bueno, funciono. – La honestidad definitivamente era su debilidad, como lo supe desde que la conocí ella era un libro abierto, era fácil saber cuándo mentía u ocultaba algo. -¿Quién dice que vengo a declararles la guerra? Que ego tiene señora Cullen.- sonreí.

Quedé inmóvil, perfectamente inmóvil como una estátua mientras ella caminaba a mi alrededor. No me hizo falta seguirla con la mirada para saber que ella se me seguía con la suya en mí. Fijamente, con odio. Así era siempre, pero no lo daría el gusto de crear una pelea.
-Mis disculpas entonces.- Soné poco honesta, lo sabía, pero ya lo había dicho. -Me pregunto qué será lo que te trae aquí sino, ¿Engañar a Alice en sus visiones? Hasta lo he hecho eso.- Me encogí de hombros con modestia. -Siendo humana.- Agregué y casi sonrío pero las palabras se escaparon de mi antes de poder hacerlo. -Oh, espera. También lo hice contigo, ¿Recuerdas?-

Su inmovilidad de alguna manera me gustaba, era como una escena de un documental tonto de televisión en las que mostraban como el depredador asechaba a su presa, y esto era algo parecido solo que no tenía intención de atacarla, por ahora. Ella se disculpó y yo no podía borrar la sonrisa de mi rostro, extrañaba esto, habían sido muchos meses de calma, una calma tan excesiva que me molestaba. –Disculpada…- La verdad es que no había nada especifico que me trajera a Forks, yo lo sabía pero mi subconsciente siempre pensaba en este lugar como forma de matar el aburrimiento, ya que aquí vivían los Cullen y aparte de eso este lugar atraía a muchos vampiros, lo cual nunca había entendido. Cuando ella menciono lo de haber engañado a mi don enfurecí, en ese momento yo estaba tras de ella y sentí la necesidad de arrancarle la cabeza, pero no ganaría nada haciendo su muerte rápida, ella tenía que sufrir. –Bueno, tu mente puede repeler mi don, más tu cuerpo no puede hacer nada contra mi ataque…-Dije como quien no quiere la cosa.

"Tranquila, Bella." Me dije, y repetí reiteradas veces en mi mente. No debía provocarla por más que supiera que ella no tenía razón, que no era cierto lo que decía, que sus pensamientos eran erróneos como el resto de sus ideales.
Pero algo tenía que hacer con las ganas de responderle, ¿Quién se creía que era para decir que podía atacarme? En serio lo pensé, ¿O acaso ella olvidaba que hasta no hacía mucho yo era considerada neófita?
-Entonces para eso viniste.- Apunté para cuando era muy tarde callarme. -¿Para hablar quién sería más fuerte.- Casí reí al decirlo, como un pensamiento en voz alta, pero pronto normalicé mi lenguaje corporal para no parecer tan hostil, ahora llevaba una mano hacia el cabello, llevándolo hacia atrás, y esperando su, probablemente poco empática, respuesta.

Su postura, tan a la defensiva me indicaba dos cosas, que estaba anticipando un ataque y que no e gustaba lo que yo le estaba diciendo. Yo no estaba buscando una pelea necesariamente, solo estaba tensionando un poco las cosas para ver que salía de todo esto, ya que no tenía nada mejor que hacer. Ni siquiera sabía que le veían de entretenido los vampiros a este lugar, era un simple pueblucho que su tamaño eran tan insignificante que las personas no lo tomaban en serio. Negué lentamente con la cabeza cuando ella comenzó a acusarme de que ese era mi motivo para estar en este lugar, una pelea. –Que hostilidad…Como dije, solo vengo de visita, yo no hablaría de quién es más fuerte, yo solo lo demostraría.- Dije mientras dejaba de caminar y me recostaba en el mismo árbol de hace unos minutos.

Sabía que tampoco era verdad y ciertamente no podía confiar en sus palabras cuando, justamente, los Vulturi tenían más poder por sus amenazas que por sus ataques reales. Después de todo, a Jane la había visto usar decididamente su don únicamente cuando yo aún era humana. ¿Y luego?
-Podrías haber ido directamente a la Mansión Cullen en vez de buscarme en el bosque.- Metí ambas manos en los bolsillos de mi abrigo aunque no tuviera frío, hacía años que no lo sentía pero ese tipo de costumbres se adquirían tras los años. Y de ese modo intenté que se viera como si bajar la guardia que aunque no quisiera, debía mantener todo en calma.

Comencé a mirarme las uñas en un gesto de desinterés y aburrimiento, era típico, yo empezaba algo muy motivada y me aburría con nada, nada me entretenía lo suficiente como para no volver a mi monotonía, ni siquiera los Cullen al parecer. No pude evitar bufar al escuchar su comentario. ¿Ella creía que yo la estaba buscando? Por dios, que ego tenía últimamente la señora Cullen, y como la odiaba. –Verás querida, este encuentro no fue planeado, iba a ir más tarde a la mansión, cuando no me encontrara…cazando- Dije mostrando levemente mis dientes. Y en parte no estaba mintiendo, yo no había previsto este encuentro y también estaba de caza, eso si era una forma de provocarlos, ya que podría generarles un poco de problemas.

Fue entonces que debía tomar el momento aún más todavía entre pinzas, cazar humanos allí era completamente prohibido, teníamos un tratado y para nosotros, los Cullen, no era difícil cumplirlo puesto nuestros intereses eran los mismos que los de los Quiletes, pero ¿cómo evitar que otros vampiros no lo hicieran?
Sin embargo ella lo sabía, ella sabía que estaba jugando con fuego, mejor dicho, estaba jugando en la boca del lobo. Literalmente.
-Animales, supongo, por esta vez.- Objeté aún sabiendo que las probabilidades de que un Vulturi aceptara una dieta vegetariana eran ínfimas, pero si ella decidía tentar a los lobos, nosotros no podríamos defenderla.

Tome aire recibiendo todos los aromas que me rodeaban esta tarde, el musgo, los conejos, este era un bosque realmente rico en animales, y el olor a lobo no podía faltar, arrugué la nariz e hice una mueca de desagrado. Me separé del árbol de nuevo pero esta vez no me moví, aunque estaba un poco aburrida ya, pero su comentario me volvió a la vida inmediatamente. Trate de morderme el labio pero no funciono, no pude evitar reírme a carcajadas. -¿Qué clase de tontería estás diciendo? Yo nunca me alimentaría de un animal, les dejo eso de rebajarse a ustedes.- Dije clavando fijamente mi mirada en esos ojos dorados que tanto me molestaban.

-Rebajarse.- Repetí con tono distante, claramente molesto. Pero esto debía parar porque para mí era prioridad cuidar de mi familia antes de, justamente, rebajarme a pelear con una niña por más peligrosa esta pudiera ser.
Me quedé en silencio unos segundos ya que debía tranquilizarme y no ceder su juego, si ella quería tener problemas los Cullen no estaríamos envueltos en ellos. -De acuerdo.- Dije escéptica. -Como quieras, entonces no hay mucho que pueda hacer por tí.- Llevé una de mis manos hacia el cierre del abrigo que llevaba y lo subí como arreglándome para partir.

Si había algo que me gustara más que torturar gente y alimentarme era molestar a las personas, no era necesario usar mi don para fastidiarlos, lo estaba logrando con Bella y no había movido ni un dedo, es más, no había dado muchos pasos. –No tienes nada que hacer por mí, de hecho ¿Por qué no te vas a tu casa a cambiar pañales? Allá por lo menos estarías haciendo algo útil.- hice énfasis en la última palabra mientras ponía mis ojos en blanco y me ponía a mirar un punto más allá de los árboles, estaba esperando que ella se fuera y así pudiera alimentarme, no pasaría nada, era tan sencillo como matar a un humano y luego irme, los lobos apestosos no tendrían de respirar si quiera.

Y hablando de rebajarse, era sorprendente que un Vulturi necesitara de comentarios de ese tipo para sentirse superior. Me dio pena, y algo de gracia, aunque también me molestó pero no daría lugar a tal sentimiento, no le haría ese favor, no le daría el gusto.
-Ajá. Sí, claro.- Pronuncié casi tomándole el pelo en caso de que no quedase claro que sus palabras valían poco y nada.
-Lamento que tu autoestima se base en palabras, Jane. Pero la verdad es no lamento nada, sólo mal por tí.- Sonreí levemente, casi como gesto de amabilidad. Sabía que me odiaría y que no debía provocarla pero eso sería todo. -Adiós.- Dije entonces acentuando la sonrisa y comencé a caminar, tranquila y lentamente sin gesto alguno de preocupación.

Mis palabras no la habían molestado, al menos eso era lo que ella deseaba que yo creyera pero en el fondo sabía que ella seguía siendo una adolescente y que las palabras tenían mucho significado, sobre todo si se mencionaba por encima a esa hija suya, una abominación. ¿De qué estaba hablando ahora ella? Sus palabras no tenían sentido ahora para mí, decía algo de mi baja autoestima –lo cual era muy erróneo- y que no lamentaba nada ¿lamentar qué? Bufé, definitivamente esto estaba dejando de tener sentido, o simplemente ella estaba deseando irse ya, lo cual me daba igual, estaba sedienta. –Adiós Cullen, nos veremos pronto, cuenta con ello.- me molestaban, y la próxima vez no sería un encuentro tan pacífico, la quería muerta y entre más pronto mejor.